Seré breve, conciso y directo. Si lo visto hoy refleja el estado de ánimo de los pilotos mucho mas que los resultados deportivos, Joan Mir está exultantemente feliz, Rins descaradamente optimista y Pol implacablemente decidido.
El primero feliz porque su máximo rival está perdido y triste – y bien que me duele-, el segundo optimista ante la posibilidad de terminar siendo el quien le dispute a Mir, en la última cita de Portimao, el título y el tercero decidido a reivindicarse como máximo artífice del salto de KTM, venciendo en una de las dos últimas citas. El resto, salvo apariciones fugaces, creo que están deseando volver a casa.