No hace falta haber viajado a esta ciudad toscana para que de inmediato nos venga a la memoria su torre inclinada, pero ese escenario es mucho más que su famosa torre-campanario. En efecto, es el campanario de un conjunto monumental, patrimonio de la humanidad y joya del románico. Situado en la Plaza del Duomo de Pisa, acompaña a la Catedral, el baptisterio, cementerio y museo, formando un todo de belleza espectacular.

Pero volvamos a su famosa torre que se construyó en varias fases y que, inicialmente, tenía 60m, en comparación con sus 56,67 -en su lado más alto- y 55,86 -en el más bajo- actuales.

Sus problemas de inclinación nacieron con la propia elevación de ella, basada en un suelo blando e inestable que hicieron que pronto alcanzase una peligrosa inclinación de 5,5 grados. Hoy día, tras casi 20 años de trabajo, se ha reducido a 4, asegurando su estabilidad por 200 años… o eso dicen.

Cuenta la leyenda que Galileo, aprovechando su inclinación, subió su escalera espiran con dos balas de cañón de diferente masa para, desde su campanario, dejarlas caer y así demostrar su teoría de que caerían a la misma velocidad. Si non e vero, e ben trovato.

Sus siete campanas (una por cada nota de la escala mayor) Assunta, Crucifijo, San Ranieri, Dal Pozzo, Pasquerccia, Terza y Vespruccio llaman a misa en la catedral y marcan las 12 de medio día toscano. Además, la San Ranieri (antiguamente Justicia) sonaba con la muerte de los traidores. Hoy día se pasaría el día tañendo.

Desde 1173 ha soportado todo tipo de avatares hasta nuestros días y su única amenaza es una miríada de idiotas irrespetuosos que la rodean a diario, haciendo todo tipo de monadas jugando con su inclinación aunque, por fortuna, la mayor parte de sus visitantes saben disfrutar de éste Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Conclusión: esta torre mola que te inclinas. Visítala!!