Nikon Z8

He leído por ahí que los fotógrafos profesionales buscamos cámaras grandes y pesadas que nos den sensación de fortaleza y equilibrio en mano junto a los grandes teleobjetivos que solemos utilizar. Nada más lejos de la realidad, más aún si te pasas más de 250 días al año viajando. Bacalao gordo y que pese poco no tenemos, dicen en mi tierra, por eso sorprende tanto la Nikon Z8, con el tamaña exacto, poderosa pero no excesiva, XL pero no incómoda, de excelente agarre y equilibrada, ergonómicamente insuperable y, con el grip añadido, perfecta para mi trabajo -fotógrafo de acción en el Mundial de motociclismo- con grandes ópticas, con el peso exacto. Está, además, perfectamente tropicalizada y sellada para soportar cualquier inclemencia del tiempo.

Funcional; particularmente para quienes conocen anteriores modelos que encuentran todos los controles en su emplazamiento habitual; e intuitiva desde el primer momento, lo que te permite manejarla sin apartar tu ojo del visor, apoyado por un despliegue de posibilidades para manejar sus menús de trabajo. Por cierto, visor que comparte con la Z9 -me niego a llamarla su hermana mayor porque la Z8 es en si misma una línea propia- y que es sencillamente perfecto.

Hemos mencionado el apoyo que proporciona el grip de agarre que acoge dos baterías (EN-EL 15c), quizá el punto más flojo de esta cámara. Lógicamente con menos capacidad de disparo que las más potentes de la Z9 (EN-EL 18d). No obstante, duplica e incluso triplica las modestas expectativas que, cautelosamente, ofrece Nikon. Un detalle muy interesante es poder cambiar la batería 1 sin la necesidad de extraer todo el contenedor ¡bien pensado!

Su pantalla articulada (menos complicada de lo que parece) TFT 2100k ofrece imágenes absolutamente nítidas en sus diferentes posibilidades de visionado. Táctil de 8cm en su medida diagonal, rodeada de toda una botonadura retroiluminada excelente.

Otro de los elementos que comparte con la Z9 es su sensor CMOS FX, retroiluminado, apilado, de 45,7 megas que permiten múltiples posibilidades de recorte.
La apuesta de Nikon es clara y la opción de obturación mecánica no forma parte de la batería de posibilidades técnicas de esta generación de cámaras sin espejo que se apoya en una cortinilla de protección configurable en el menú. Es una buena opción tenerla activada, evitará suciedad e inconvenientes externos. Fue una de mis primeras acciones antes de comenzar a usarla.

Apuntar, enfocar y disparar es cuestión de décimas de segundo, ya que otro de sus puntos fuertes es precisamente su enfoque continuo, prácticamente infalible. En mi modalidad de trabajo la obligo disparar en situaciones extremas sin apenas fallos. Lluvia que podría distraer al sistema de enfoque, niebla, múltiples pilotos en cuadro no fueron inconveniente una vez fijada la toma. Es toda una garantía y su estabilizador de 5 ejes (4 y 5 pasos), sus 20 fotogramas por segundo en calidad RAW y hasta 120, si 120, por segundo en JPEG ayudan de manera considerable. Es probable que no sea necesario ese extremo, pero cuando el cliente te solicita una toma técnica -acople del piloto a su montura, trazado de una curva, etc.- te acuerdas de Santa Bárbara si no tienes esa opción.

Todo ello exige un gasto suplementario en buenas tarjetas de memoria, para las que Nikon Z8 propone una doble ranura que acoge tarjetas CF Express tipo B, XQD, SD, SDHC y SDXC. Yo me decantaría por las de alta capacidad y un mínimo de 300x de velocidad de grabación y, por ser mas estrictos, por las CF Express ya que su rendimiento es claramente superior al resto.

Voy a pasar un poco de puntillas por varios temas que, aún necesitan más tiempo. Su balance de blancos que aparenta dar mucho juego y que merecerá más información, aunque su modo automático funciona muy bien. El segundo es su modalidad de grabar videos y aquí sí que merece un buen apartado, ya que por lo probado nos dará muchas alegrías.

Para acabar esta toma de contacto habrá que añadir un elemento que no viene a simple vista en la caja que contiene esta joya tecnológica y es el servicio que aporta Nikon España a los usuarios y, en mi caso, el ya famoso NPS que me acompaña infalible en mi trabajo y en el de mis muchos compañeros de marca. Puedo aseguraros que en más de una ocasión nos salvan el pellejo frente a las complicaciones de nuestro trabajo diario.

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