NÉMESIS

Da igual quien haya ganado la carrera. Da igual quien se haya caído. Da igual quien haya tirado a quien. Da igual el chasis. Da igual todo, absolutamente igual. Hoy, ante casi 117.000 espectadores, Marc Márquez nos ha vuelto a sacar la sonrisa de la boca -a mí al menos, sí- y nos ha recordado que este deporte da, cada mucho tiempo, una figura extraordinaria que siempre se recordará, pero Marc Márquez es irrepetible, un personaje para la historia.

Nos guste o no lo que representa, su carácter, su forma de actuar en pista, si somos amantes del motociclismo de velocidad, no podemos dejar de repetirlo, no hay ni habrá un piloto como él.

Con Marc en pista todo cambia, todo gira alrededor de él, porque es el mejor incluso cuando se equivoca y comete un error, porque es siempre por el mismo motivo, ser el mejor. Le gusta llevarlo todo al límite y eso hace del de Cervera, es el enemigo a batir, la némesis que necesitan todos los niños buenos para perder el sueño. En este campeonato ya no huele a Nenuco, huele a gasolina de nuevo tres años después.

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