“No pensé que podría dedicarme a ello”. Así explica Cristina Abad sus comienzos en el mundo de la interpretación. Desde niña ha estado relacionada con este ámbito, participando en todo lo que estuviera a su alcance, aunque más por afición que como objetivo profesional. Ha conseguido colarse día a día en las casas de miles de espectadores a base de constancia y esfuerzo para cumplir un sueño: ser actriz. 

Hay ocasiones en las que se dice que, en un determinado momento, hay algo en nosotros que despierta y nos guía el camino hacia el que queremos dirigirnos. Para Cristina, ese momento llegó en la universidad mientras cursaba sus estudios de Educación Infantil: “Me presenté a un anuncio del Metro de Madrid, allí descubrí que me gustaba estar delante de la cámara y que podría ser un trabajo”. Fue entonces cuando comenzó a formarse, compaginando los estudios con las clases de interpretación. 

Tras haber participado en numerosas obras de teatro y cortometrajes llegó María Cristina. Este personaje fue su debut televisivo en la serie Acacias 38, su primera gran oportunidad. Sin embargo, admite que no supo muy bien como asimilarlo porque “era la primera vez que hacía algo profesional. Me daba miedo que me echaran sin ni siquiera haber emitido la serie. No supe saborearlo y contarlo como una buenísima noticia a mi familia y amigos”, apunta. ¿La mayor dificultad? “Aprenderme tanto texto. Cuando empezamos a grabar estaba muy perdida, pero entre mis compañeros y el equipo me ayudaron mucho”, recuerda de su primera experiencia como actriz. Tanto de lo bueno como de lo malo se pueden extraer positivas, y una serie diaria como es Acacias 38 permitió a esta madrileña aprender a pasos agigantados y mejorar cada día. Reconoce además que María Cristina ha sido uno de sus mayores retos por la evolución de su personaje a lo largo de la serie. 

Entre 2018 y 2019 participó en la obra de Teatro “El Funeral”, dirigida por Manuel Velasco. En ella, compartió cartel con Concha Velasco y Antonio Resines, dos grandes nombres del panorama nacional. Trabajar con ellos no supuso una dificultad extra, ya que ella los ve como unos compañeros más. Para Cristina, la clave es “observar mucho para adaptarme a la personalidad de cada uno”. De esta forma “trabajar con Concha Velasco y Antonio Resines fue muy fácil. Nunca me ha intimidado estar con la gente con la que he trabajado. Con Antonio Resines, por ejemplo, tenía unos prejuicios que desaparecieron en cuanto lo conocí, lo cual es maravilloso. No he tenido ningún compañero que me haya puesto las cosas difíciles”, asegura. Otro de sus grandes retos fue durante los primeros días de “El Funeral”. En su estreno en Valladolid la obra coincidía con la celebración de una carrera, por lo que la gente no podía acceder al teatro, momento en el que Cristina era una de las actrices que realizaban una pequeña representación para amenizar previa a la obra. Admite que “siempre me ha dado mucho miedo improvisar, pero no nos quedaba más remedio. Mi personaje era una chica muy inocente, y a la gente le encantó y no paraba de reírse, fue una experiencia muy divertida”. 

Samuel de Román / One Percent Magazine

De una serie de época, pasó a protagonizar “Servir y Proteger”, algo totalmente distinto, actual y con escenas de acción. Interpreta a Paula, una joven cuya máxima aspiración es convertirse en policía y no va a renunciar a su sueño tan fácilmente. Solo en esta descripción ya vemos muchas similitudes, pero, ¿Qué tiene Cristina de Paula y viceversa? “Tanto Paula como yo somos dos chicas muy luchadoras. Queremos destacar en nuestro trabajo por nuestro trabajo, demostrar que valemos para ello”, asegura. La serie, ambientada en la actualidad, hace que pueda haber mayores semejanzas entre ambas, que puedan pensar igual o, incluso que “le pasen cosas que me han pasado a mí”. “Servir y Proteger” cuenta con un reparto en el que hay muchas mujeres que forman parte del cuerpo de Policía de Distrito Sur, lugar en el que se ambienta esta ficción. Cristina defiende siempre esa posición de pelear, esforzarse y luchar por los objetivos personales de cada uno.

Se define a ella misma como una persona que sabe pedir perdón, algo que a veces escasea hoy en día, luchadora y con carácter, aunque siempre trata de hacer las cosas fáciles transmitiendo buena energía. No se cierra ninguna puerta y, aunque admite que compaginar más proyectos con “Servir y Proteger” es complicado, le encantaría realizar algo de terror. Podría decirse que es una forma de romper muros y vencer miedos, ya que no le gusta este género como espectadora. También le gustaría interpretar a personajes que no tengan nada que ver con ella misma, su entorno o modo de vida. En definitiva, romper con todo lo que ella conoce y que le incite a trabajar más. 

Texto: Beatriz Sánchez