A JORGE MARTÍN, EL TÍTULO SOLO LE DURÓ 72 HORAS

Por EMILIO PÉREZ DE ROZAS

A Jorge Martín Almoguera (San Sebastián de los Reyes, Madrid, 29 de enero de 1998) le ha durado su sueño 72 años. A ‘Martinator’ le han arruinado su gloria, su meta, su objetivo, su conquista, su demostración de poderío, en tres días. Y puede, sí, que él cometiera algún que otro error. Por ejemplo, creerse libre de escoger entre Pablo Motos y David Broncano o ser lo suficientemente mediático como para pregonar en Instagram, tentación insalvable en un joven actual, como para que el dueño de ‘El Hormiguero’ lo pusiera a los pies de los caballos y le hiciese renunciar a su entrevista.

De cualquier forma, de cualquier manera, él, Jorge Martín Almoguera lo había hecho todo bien como para poder disfrutar de esa celebración y, sobre todo, poder airearla allí donde le diese la gana ¡solo faltaría! Pero Motos, que se cree, que se sabe (¡lo dicen las putas audiencia!), el rey del pollo frito, fue a por él, a por ‘Martinator’ y ni siquiera ese robot de la velocidad pudo salvar la entrevista. Está claro que, de momento, Martín no es Valentino Rossi y Marc Márquez, que, probablemente, hubiesen enviado a la porra a todo aquel que se inmiscuyese en su decisión. Martín bajó la cabeza y aceptó no salir en ‘La Revuelta’ aunque, finalmente, grabó la entrevista para que se emitiese más adelante. Sí, claro, después de aparecer en ‘El Hormiguero’.

Empiezo esta reflexión de 20 líneas sobre el merecidísimo y portentoso título conseguido por Martín, solo equiparable a los logrados por Alex Crivillé, Jorge Lorenzo, Marc Márquez y Joan Mir, porque es muy doloroso, tremendamente dañino, que después de jugarte la vida a lo largo de 6.371 kilómetros de prácticas y 2.215 kilómetros de competición, de carreras, en 20 grandes premios, los egos de un señor venido a más (a demasiado) arruinen tu fiesta, tu celebración.

Puede que muchos piensen que ese incidente, que originó un ruido tremendo en España, fuese el último ejemplo de que estamos frente a un campeón que no tiene nada que ver con el resto de campeones. Que estamos frente a un campeón débil, poco querido, poco admirado, con una imagen demasiado plana para competir con figuras como Francesco ‘Pecco’ Bagnaia y, sobre todo, con el ya mítico e histórico Marc Márquez, resucitado tras cuatro años de ostracismo.

Hay, incluso, ¡vergüenza debería darles!, quien cree que Martín no merece el título porque sus números, sus logros, son inferiores a los de Bagnaia. ¡Falso! ¡Mentira! El campeonato tiene sus reglas y son igual para todos. Tal vez por ello, el bicampeón italiano, que ha cometido muchos más errores que el madrileño, dice ahora que “debo aprender a acabar quinto cuando solo puedo ser quinto”. O ahora se entiende que su jefe David Tardozzi dijese, al acabar el campeonato, “que Martín ha gestionado mucho mejor el campeonato que ‘Pecco’”.

Y, señoras y señores, de esto va la competición. De gestionar con cabeza los viernes, los sábados, las carreras al ‘sprint’, los domingos y los grandes premios. Nadie dijo que ganaría el título quien más carreras ganase. Nadie lo dijo, ni siquiera estaba escrito así. Que va, que va, en las leyes del Mundial estaba escrito todo lo contrario, el campeón será el más inteligente, el que reparte mejor sus esfuerzos, el que se conforme con lo que le depare la suerte y sus fuerzas y, en ese sentido, lo siento (o no), ‘Martinator’ le ha dado una lección a Bagnaia, que el bicampeón jamás olvidará.

Puedes mirar los números y creer que los de Bagnaia son mejores. Pues no sé, no sé. ‘Pecco’ ha ganado, en efecto, 11 de los 20 grandes premios celebrados: Catar, Jerez, Barcelona, Italia, Países Bajos, Alemania, Austria, Japón, Tailandia, Malasia y Barcelona-2 (Solidario). Magnífico. Felicidades, es usted un grande…de los domingos. Martín ‘solo’ ha ganado tres GP: Portugal, Francia e Indonesia. Mira, los mismos que MM93.

Quienes creían que el italiano había ganado muchííííííísimas menos carreras al ‘sprint’ que ‘Martinator’, estaban equivocados. Martín ha ganado siete, por seis de ‘Pecco’. ¿Podios?, pues, mira, empatados a 16 ‘cajones’. ¿Vueltas liderando los grandes premios?, más, muchas más, Bagnaia, sí: 349 contra 266.

Había la sensación, tal vez, sin duda, fruto de lo que había ocurrido, el pasado año, en Valencia, en la única carrera, que Martín se vendría abajo en cualquier momento. Pero no, no, no fue así, todo lo contrario, esa ha sido (a excepción, por cierto, del viernes por la mañana del última GP, el de Barcelona-2, el Solidario, donde ‘Martinator’ se vino abajo y se volvió loco, pero lo arregló en tres horas y volvió a ser el de antes) la fórmula del éxito: confiar en sus posibilidades, saberse y creerse mejor y, sí, haber trabajado su mente con la ayuda de Xero Gasol, su psicólogo de cabecera.

“A media que se acercaba el momento decisivo de la temporada, es decir, las últimas carreras y mantenía cierta distancia con respecto a ‘Pecco’, fui dándome cuenta de que, en efecto, el año pasado no estaba preparado para afrontar el reto de ser campeón”, ha reconocido, al final, ‘Martinator’. “¿Por qué?, porque me equivoqué al pensar que ser campeón, que conquistar ese título, que lograr mi sueño iba a cambiar mi vida. Y, no, no, no, nada cambia la vida de uno. Y este año, mi aproximación al instante definitivo ha sido mucho más serena, real, ahora sí, como he demostrado, estaba preparado para ganar el título”.

Y ese título lo ganó con la cabeza, la determinación, la velocidad, ¡por supuesto! que la velocidad que se requiere, no solo para ganar a Bagnaia, sino para imponerse a caníbales como Marc Márquez, que hasta muy tarde no renunció a la posibilidad de ser campeón.

Allá donde llegaba el Mundial, Martín, ya desde el viernes, era el más rápido. Bueno, como poco, siempre acababa entre los tres primeros. El sábado hacía una carrera explosiva y el domingo arriesgaba lo que podía y, al final, en efecto, como reconoció Tardozzi, el cerebro de Ducati Corse junto al gurú Gigi Dall’Igna, “si debía conformarse con ser segundo, tercero o cuarto, así lo hacía”.

Es por ello que el mérito de Martín es tremendo, enorme y así se lo ha reconocido todo el mundo. Nadie, ni siquiera el mismísimo Bagnaia que ha tenido un comportamiento inmaculado, modélico, a lo largo del año, a lo largo del fin de semana solidario de Barcelona y en la celebración del título del madrileño, ha cuestionado que ‘Matinator’ sea un dignísimo campeón.

Cuando te pasas nueve meses dando vueltas por el mundo, cuando correr en 20 grandes premios, disputados 40 carreras y consigues más puntos que los demás (muchos más puntos que los demás: Bagnaia acabó, sí, cierto, a solo 10 puntos de Martín, pero Márquez, tercero, acabó a 116, es decir, más de cuatro victorias), nadie, nadie, puede decir que no eres un digno campeón. Eres el más grande campeón de todo el año y hubiese sido hermoso que ese señor empoderado llamado Pablo Motos te amargue la celebración del título porque cree que él debería ser el primero. El primero es Jorge Martín Almoguera, tú, Pablo Motos, ya empiezas a no ser el primero de la TV.

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