Son la diferencia entre Miller y el cuarto puesto, un tío que tiene el brazo que parece un pachwork, Marc Márquez.


Su sola presencia lo condiciona todo; aquí no ha venido a sumar kilómetros; y nada es lo mismo con él en pista.

Ya les ha dicho a todos que tienen los campeonatos contados, que ha vuelto para seguir sumando y algunos ya se han descompuesto y pierden los nervios o, simplemente, dan la medida real de sus posibilidades cuando regresa el espalda plateada.


Revisen el fin de semana y la carrera de Motegi y verán, verán.


Los que le habían enterrado tendrán que darle a la pala.