Chicho Lorenzo, padre de Jorge Lorenzo, conoce bien a Joan Mir. Hace 13 años, un día se presentó un padre en su escuela de pilotos en Mallorca. Llegó con su hijo le pidió a Lorenzo que le enseñase lo básico. Como estaba con otros chicos, para mantener entretenido a ese niño le dio una mini moto le dijo que se fuese a una esquina de la pista de entrenamiento a hacer una serie de ejercicios.

Chicho le dio la espalda para trabajar con sus alumnos habituales. En un momento dado, le echó una ojeada al chaval… y quedó sorprendido con lo que vio. Le preguntó al padre que si ya había montado en moto antes y este le respondió que no, que era la primera vez.

Pero Chicho Lorenzo no se lo creyó y fue donde estaba el chicho con la moto y le preguntó: 

Según el padre de Jorge Lorenzo, Joan hizo gala desde el primer momento de un talento innato para ir en moto, el mismo que para esquivar la dura disciplina exigida en la escuela. Mientras los demás se tomaban muy en serio lo de estar formándose como piloto, Joan lo que quería era divertirse. No duró mucho allí –un par de años-, pero sí que dejó huella en el profesor, que le ha seguido de cerca desde entonces.

“Joan está corriendo en MotoGP igual que hizo en Moto3. El año que ganó el título – 2017– obtuvo 10 victorias, de las cuales sólo una fue en modo ‘escapada’; el resto fueron tras batallas de última vuelta”, apunta Lorenzo. “La diferencia es que en la locura de las carreras de Moto3 esta característica pasaba desapercibida; ahora Mir está dejando a todo el mundo boquiabierto”. 

Hace dos semanas Mir le ‘robó’ a Valentino Rossi un pódium en su casa en la última vuelta; el pasado domingo noqueó a Quartararo y Pol Espargaró en dos vueltas, con la meta prácticamente a la vista. A estas alturas todo el mundo de pregunta qué será capaz de hacer Mir cuando se clasifique bien. 

En los últimos cuatro GGPP ha salido noveno, cuarto, octavo y undécimo, para llegar a meta segundo, cuarto, tercero y segundo… Parece obvio que cuando la Suzuki le permita hacer esa vuelta rápida que le de un buen puesto en la parrilla, ¡que tiemble el mundo!

Volviendo a los números, que según los ortodoxos lo son todo en las carreras. ¿Saben cuántas poles hizo Joan en Moto3 el año en el que fue el rey de la categoría?… Una. “En Moto3 su talento era tan superior al de sus rivales que salir desde la tercera o la cuarta línea de la parrilla no importaba”, apunta Chicho Lorenzo, que vuelve a insistir en que Mir no hace más que correr como siempre lo ha hecho.

Sea como fuere, el de Suzuki se ha destapado como el aspirante más sólido a un título que como un boxeador noqueado, busca dueño. Y Mir, así como no quiere la cosa, levanta la mano: en los últimos cuatro GGPP es el piloto que más puntos ha conseguido, 69;  de las últimas cuatro carreras ha subido tres veces al podio, las dos últimas de forma consecutiva; es junto a Viñales, los únicos que han subido al podio en tres ocasiones esta temporada; y sólo ha salido una vez desde la primera línea de parrilla, en Estiria, donde terminó tercero. 

A estas alturas Mir ya se ha comido por los pies a Rins, su compañero de equipo y hasta el año pasado la referencia en el box de Suzuki. Pero ya entonces, desde el equipo se advertía sotto voce que la telemetría decía que el bueno de los dos era Joan. Y a Mir no le duelen prendas ejercer de tal. La pasada semana no titubeó en explicar la nula relación que tiene con Rins, como tampoco lo hizo para responderle a Quartararo, que había afirmado que la Suzuki era la mejor moto de la parrilla. 

“Ah, no sabia que había probado la Suzuki”, ironizó. “Pero además, creo que la pole aquí la ha hecho una Yamaha, ¿no?”. Del piloto francés no dudó en comentar el pasado año, cuando Fabio era el piloto referencia y él un ‘don nadie’, que de ninguna consideraba que fuese mejor piloto que él. “Entreno con Fabio muchas veces en Andorra, y sé como va; además siempre que hemos corrido juntos en una categoría, le he ganado”. 

…directo y sincero fuera de la moto, implacable en la pista. Se llama Joan Mir y hablaremos mucho de él en lo que queda de temporada.

Manuel Pecino