La verdad es que siempre fui optimista. A pesar de que no pintaba nada bien, Dorna se puso al frente de este proyecto tan complicado, en tan difíciles condiciones, y logró finalizarlo con éxito. Hay que felicitarles por ello, tanto a Carmelo Ezpeleta, como al equipo de Dorna, y ese aplauso espontaneo de Portimao fue la constatación del reconocimiento de todo el mundo de la moto y la culminación de este emocionante Campeonato.

Deportivamente era, y así ha sido, un campeonato cuya estrategia estaba basada en ser regular sin tomar excesivos riesgos para no hacer ceros, constatando que quién arriesgó -Marc Márquez- se lesionó seriamente y que ninguno ha logrado puntuar en todas las carreras, con algún cero en sus casilleros. Ha sido muy significativo poder comprobar que, en las carreras dobles, quienes entendieron el trazado en la primera cita, pasaron por dificultades en la segunda, cediendo su plaza a quienes lo interpretaron mejor en la segunda. Quizá haya sido este elemento el que lo ha hecho tan divertido, el ingrediente que nos ha llevado hasta las últimas carreras sin decidir el campeonato: hasta Portimao no se decidieron Moto3 y Moto2; con Albert Arenas finalizando 12º y Enea Bastianini 5º para lograr sus respectivos campeonatos. Joan Mir, en cambio, se proclamó campeón de MotoGP en la penúltima cita del campeonato en Valencia. 

Si echamos la vista atrás hay que reconocer el logro que supone el haber podido culminarlo en tan difíciles condiciones. Pero mirando hacia adelante, afirmamos que 2021 será mucho mejor, con el deseo de que vuelva el público a las gradas para disfrutar de las 20 carreras programadas.